Introducción
Durante el verano, las cámaras de frío enfrentan su mayor desafío. Las altas temperaturas externas aumentan el esfuerzo de los compresores y cualquier falla puede traducirse en pérdidas millonarias. En esta nota te mostramos cómo el monitoreo IoT puede anticipar problemas y mantener tu operación estable incluso en los meses más críticos.
1. Sobrecarga térmica y pérdida de eficiencia
Cuando la temperatura ambiente supera los 30 °C, los sistemas de refrigeración deben trabajar más tiempo para mantener la temperatura interna. Esta sobrecarga puede elevar el consumo eléctrico y provocar fallas por sobrecalentamiento. Un monitoreo inteligente detecta incrementos anómalos en los tiempos de ciclo o consumo, alertando antes de que el compresor se dañe.
2. Fugas de refrigerante y baja capacidad de enfriamiento
Las variaciones bruscas de presión y temperatura pueden acelerar la pérdida de gas refrigerante. Sin sensores en línea, estas fugas pasan desapercibidas hasta que la cámara ya no logra mantener la temperatura deseada. Con IoT, los desvíos de presión o temperatura se detectan al instante, permitiendo intervenir sin detener la producción.
3. Corte o baja tensión en redes eléctricas
En verano, el aumento de consumo energético suele provocar caídas de tensión o cortes intermitentes. Un sistema de monitoreo IoT permite registrar estos eventos y correlacionarlos con alarmas térmicas, ayudando a diferenciar una falla eléctrica de una mecánica y actuar con rapidez.
Solución: Monitoreo Predictivo QBIT
Con sensores conectados a la nube, QBIT permite visualizar el estado de compresores, temperatura ambiente y cámaras en tiempo real. Las alertas automáticas por WhatsApp o correo te avisan antes de una falla crítica. Conocé cómo proteger tu cadena de frío con QBIT.
Un mantenimiento predictivo y monitoreo continuo son la mejor defensa frente al calor del verano.
